Con el avance de la tecnología y la implementación de nuevas plataformas digitales, el sistema tributario ha logrado identificar cada vez más a los proveedores ficticios, una práctica ilegal que ha cobrado mayor importancia, especialmente si del ámbito empresarial se trata. Este tipo de fraude fiscal impacta tanto a empresas como a profesionales encargados de la gestión financiera: los contadores.
En este artículo te contamos qué son los proveedores ficticios, cuál es su objetivo, cuáles son los riesgos de incluirlos en una empresa real, cuál es su impacto y cómo se puede prevenir el uso de dichos proveedores.
¿Qué son los proveedores ficticios?
Son empresas o personas que no están registradas en el mercado laboral formal, incluso, algunas compañías en estado de inactividad son tomadas por los delincuentes para convertirlas en proveedores que simulan estar en regla, los cuales, para determinadas compañías, emiten transacciones comerciales como facturas por bienes y servicios que nunca se adquirieron, así como pagos a cuentas que no corresponden a proveedores legítimos. Es de resaltar que estas empresas fantasma también pueden generar facturas falsas para solicitar créditos fiscales por concepto de bienes o servicios que en realidad no se compraron.
¿Cuál es su objetivo?
El fin de esta práctica ilícita es reducir impuestos de empresas legítimas mediante deducciones o reembolsos fraudulentos, inflando los costos o disminuyendo los ingresos para realizar el pago de impuestos por valores menores a los reales (reducción de obligaciones tributarias) cometiendo así fraude fiscal.
¿Cuáles son los riesgos de incluir proveedores ficticios en una empresa real?
Contratar proveedores ficticios es una práctica ilegal, lo que puede dar lugar a fuertes sanciones por parte de la DIAN, cargos penales tanto para quienes emiten las facturas falsas como para quienes las utilizan y daño a la reputación de marca, entre otras consecuencias.
¿Cómo impacta a las empresas y a la economía esta práctica ilícita?
- Competencia desleal: Las empresas que hacen uso de proveedores ficticios tienen una ventaja competitiva desleal sobre aquellas que operan dentro del marco legal. Al reducir sus costos de manera artificial, pueden ofrecer precios más bajos o generar márgenes de ganancia más altos, afectando la dinámica natural del mercado.
- Evasión fiscal: Presentar facturas falsas y reducir ilícitamente los ingresos gravables puede perjudicar las finanzas a nivel nacional, debido a que los recursos que deberían ser destinados a proyectos públicos, infraestructura y servicios básicos son alterados, generando un impacto negativo directamente sobre el presupuesto disponible.
- Crecimiento económico irreal: El uso de proveedores ficticios crea una falsa sensación de crecimiento en ciertos sectores de la economía a nivel nacional, lo que distorsiona la realidad de las finanzas en un entorno macroeconómico, el cual, a largo plazo se desestabiliza y afecta la toma de decisiones basadas en datos.
- Daño reputacional: Las empresas que se ven involucradas en fraudes relacionados con proveedores ficticios, pueden ver su imagen y reputación de marca afectada, dando lugar a la pérdida de clientes, contratos y afectando su credibilidad.
¿Cómo evitar el uso de proveedores ficticios?
Antes de contratar un proveedor, la empresa debe verificar su legitimidad, realizar mínimo tres cotizaciones con diferentes empresas que brinden el mismo producto o servicio, mantener los registros de todas las transacciones entrantes y salientes y verificar la veracidad de las cuentas bancarias de sus proveedores. En caso de detectar alguna anomalía, es deber de la empresa denunciar a la DIAN cualquier actividad sospechosa.
Por su parte, a finales del 2024, la DIAN publicó un listado de proveedores ficticios que operan a nivel nacional, con el objetivo de evitar que más empresas sean víctimas de este delito fiscal. La lista oficial puede ser consultada en este link: https://www.dian.gov.co/Proveedores_Ficticios/Proveedores-Ficticios-01-11-2024.pdf